domingo, 30 de marzo de 2008

Las noches que me inventé



Tras cruzar inocentes insinuaciones arropados por la huida del sol, nadie quiere abandonar la senda que tímidamente ha empezado a explorar, y es entonces, cuando disimuladamente me despido de la noche, con las manos en los bolsillos, y te miro de soslayo, tímido pero seguro, y si esta no es nuestra noche me la invento...

Que tengo ya los ojos rojos, que tengo ya hecho un pacto con los gallos para que no canten el alba, que tengo ya los besos a la deriva de mi corazón de pirata venido a menos.

Déjame que esta noche la duerma contigo, antes de que lo haga con la primera luna que estafe al hombre de hielo manso, que por entregarse al pecado de tus labios se reinventa cada noche, muriendo cada vez que los rayos del sol mañanero lo traspasan, recordándole que un amanecer más vivo lejos de tu cama y no son mis brazos sobre los que amaneces, ni mis besos los que te hacen volar y ocultar el sol que alumbra a las esquinas de casualidad...

No, que ya no me quedan más noches por inventar, que ya no me sale esconderme de las mañanas, que por mis venas ya no corre el mismo fuego que quema tu almohada, "Y ya lo ves, soy fácil de convencer, con besos robados de un todo a cién..."

4 comentarios:

Unknown dijo...

Bello texto, me gusto la prosa suficientemente romantica sin pasar a cursi.
(: como va?
mis Saludos.

Joyce dijo...

Inventar... Inventar... Todo lo abarca el verbo inventar. ¡Yo una vez quise ser inventora!

Sigue inventando noches... hasta que la luna se canse de ti.

^^

Joyce dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
John Michael dijo...

a veces hasta me reinvento a mi mismo :p