jueves, 14 de octubre de 2010

El Árbol Desnudo


Desconozco si algún día conseguiré, por fin, asimilarlo. Todavía me parece una mentira, una confusión, un error, una macabra broma que mi mente se niega a aceptar. Otra vida que se llevó el verano, pero no una vida cualquiera...

Cuando la muerte acecha a un cuerpo joven, tan inocente, tan lleno de vida, y lo golpea de esa forma tan trágica e inesperada, todo el mundo se lleva las manos a la cabeza, aunque suspiran aliviados al ver que la desgracia ha pasado de largo para ellos y para sus conocidos más cercanos. Yo fui uno de ellos... Hasta que me enteré que te había tocado a ti.

Se que estos son solo palabras insignificantes y tardías, bastante torpes, empapadas por el sabor salado de las lágrimas. Unas palabras que te merecías en vida, no te quepa la menor duda... Ojalá me hubiera molestado en conocerte mejor cuando estabas con nosotros, pero esta vez siento que la muerte no es una barrera inseparable, y creo que estoy hablando contigo ahora más que nunca.

La vida es como un árbol que va perdiendo hojas, poco a poco, hasta quedar desamparado y desnudo. Pero tu recuerdo nos guarnecerá del sol y de las lluvias.

Ahora si que hay ángeles en el cielo.

Para mi alumna favorita. D.E.C. Nunca te olvidaremos, cuida de nosotros desde allí. Te quiero.