viernes, 25 de diciembre de 2009

Howling at the Moon




Tampoco he visto tantos amaneceres,
Tampoco me retumba tanto el corazón…
Nunca seré el hombre más bueno de la Tierra, pero al menos tampoco lo he intentado.
Tampoco he soñado con fragancias mortuorias,
Tampoco sentí su aliento en la nuca…
Solo que a veces me da por mirar atrás, pero me hice apóstata de tus sentimientos.
Tampoco recuerdo si su piel es fria,
Tampoco canté que la luna se apaga…
Y sin embargo hubo un día que lo creí todo, pero me hice ateo de mi corazón.

Si, le echaron cal a nuestra vida,
Si, tu eras la sangre y yo la herida,


Con la bilis en la boca intento no gritar, pero las palabras se me resbalan como un glaciar en el desierto. Ahora que tu pútrido veneno empieza a ser la miel más dulce. Ahora que no existe un antes ni un después. Ahora que mi vida no es más que un desesperado cadaver lascerado que susurra excitado en la penumbra, alumbrado solo por una consumida vela que se desvanece como las horas del verano.

domingo, 6 de diciembre de 2009

La Rabia de mi Silencio



Hoy no hay huella sobre la arena que la furiosa espuma de la mar no alcance a desdibujar. El salitre desgasta la roca como un corazón que se desgrana en suculentos pedazos para los cuervos.

La suerte es como un niño ciego que se arrastra hacia el llanto sordo de su madre.

Me deslizo por el olvido de tu recuerdo, mientras agonizo en mi propia espiral de destrucción.

Ayer, hoy, mañana... da igual. Ya nada importa.

Parado, contemplando dos ojos desconocidos mientras el mundo sigue dando vueltas.

Buscando eso que nunca espero encontrar, me arranqué el alma a pedazos y se la di de comer a los peces.

Calla, mi silencio está gritando con ira sorda y quema mis heridas...

Y me grita que la vida es una puta con tacones baratos, que se aleja como una hoja en otoño mecida por el viento anestesiado.