domingo, 30 de marzo de 2008

Las noches que me inventé



Tras cruzar inocentes insinuaciones arropados por la huida del sol, nadie quiere abandonar la senda que tímidamente ha empezado a explorar, y es entonces, cuando disimuladamente me despido de la noche, con las manos en los bolsillos, y te miro de soslayo, tímido pero seguro, y si esta no es nuestra noche me la invento...

Que tengo ya los ojos rojos, que tengo ya hecho un pacto con los gallos para que no canten el alba, que tengo ya los besos a la deriva de mi corazón de pirata venido a menos.

Déjame que esta noche la duerma contigo, antes de que lo haga con la primera luna que estafe al hombre de hielo manso, que por entregarse al pecado de tus labios se reinventa cada noche, muriendo cada vez que los rayos del sol mañanero lo traspasan, recordándole que un amanecer más vivo lejos de tu cama y no son mis brazos sobre los que amaneces, ni mis besos los que te hacen volar y ocultar el sol que alumbra a las esquinas de casualidad...

No, que ya no me quedan más noches por inventar, que ya no me sale esconderme de las mañanas, que por mis venas ya no corre el mismo fuego que quema tu almohada, "Y ya lo ves, soy fácil de convencer, con besos robados de un todo a cién..."

sábado, 15 de marzo de 2008

Enséñame a equivocarme



Enséñame a equivocarme, a reaccionar, a saltar a ese tren en marcha que se dirige a otra parada, curioso mundo de humanos, donde te dicen que lo importante es participar, pero si pierdes te abuchean...

Si, valientes errores, ahora estoy cumpliendo los sueños que tenía cuando era niño, demasiado tarde... entonces, cuando tenga treinta, ¿cumpliré los sueños de los vientitantos? Siempre a deshora, pocos sueños cumplidos y muchas pesadillas estando despierto, no me pellizques, eso solo me dejará otra huella imborrable en este cúmulo de despropositos que llaman realidad.

Siempre hemos sido yo y mis circunstancias, lo que pasa que eramos demasiados y no cabíamos en la cama, asi que las mandé a la mierda, y me quedé yo solo en la cama, y entonces me pareció una cama enorme. Para entonces mis circunstancias habían rehecho su vida, unas bien y otras mejor, el otro día recibí una postal de una de ellas, desde Jamaica...

Desde que lo valiente no quita lo cortes, mis errores y yo no nos podemos ni ver, y me da a mi que otra vez me tocará disparar a Kennedy.

Bailando con la más fea pero besando a la más guapa.

domingo, 2 de marzo de 2008

Típico de Tópicos


Soles occidere et redire possunt:

nobis, cum semel occidit brevis lux,

nox est perpetua una dormienda.

Los soles pueden salir y ponerse;

nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera luz,

tendremos que dormir una noche eterna.


De la sombra que proyecta un árbol, de la espiral que forma una corriente en un río, de las infedelidades de las estrellas hacia la luna, y hasta de llanto del viento al apagarse el verano, conoces más que de mi ser.
Me esquivas la mirada en un primer momento, asustadiza, pero al mismo tiempo divertida, y te dejas querer por mis ojos, resucitados al ver tu delicada belleza, de reojo, casi fugaz, como un beso robado de unos labios agrietados, pero lo suficientemente terrenal como para hacerlo emprender el vuelo.
Solo has de dar un paso, deja el miedo atrás, no, no, eso no, no preguntes a los demás pues ES MUY TÍPICO OPINAR Y MUY TÓPICA LA OPINIÓN.

¿Qué te dirán esas malas lenguas?, ¿De verdad piensas que la verdad está en esas almas mezquinas?...
De mí te dirán que una vez dí tanto amor que perdí la capacidad de amar, que vendí el poco amor que me quedaba al diablo a precio de coste, que del hueco donde me arranqué el corazón fluye un aire gélido que te congelaría todos tus sueños, que en mi jardín todas las flores parecen mustias y marchitadas, que soy un loco sin remedio en busca de un sueño de alquimista, que soy una máquina de guerra, el soldado perfecto, porque nunca tengo nada que perder... ¿Acaso también tengo algo que ganar?

¿Y qué sabrán ellos?, ¿Qué sabrás tú del amor?...

No, ellos no saben, fíate de lo que el viento te susurra, piérdete una noche bajo las estrellas y pregúntale al firmamento, escucha su leve voz, apagada, y tu corazón entenderá... ay dios, ¿Qué entenderá tu pequeño corazón?
Que el hueco de mi pecho está reservado para guardar tus secretos, como una cajita, que si nunca te arriesgas a conocerme, te perderás todo eso de las mariposas, nunca te darán un beso bajo un ciprés, ni te harán el amor contemplando la aurora boreal, ni te susurrán tu nombre mientras se quedan dentro de tí horas y horas...

Pero claro cielo, ¿Qué sabrás tú de eso?