sábado, 8 de mayo de 2010

Miré los muros...


Creo que nadie mejor que el gran Francisco de Quevedo para expresar un sentimiento de dulce decadencia que sigue vigente aún en nuestros días. Esa relación de amor odio con la madre que nos vio nacer y nos verá morir (aunque a este paso lo mismo es al revés...)

Nuestra tierra... Hoy los politicuchos reparten trozos de hambre a bocas insaciables.



Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo; vi que el sol bebía
los arroyos del yelo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

3 comentarios:

Nath dijo...

Gracias... muchas gracias. De verdad

Nath dijo...

Voy por el segundo libro ¬¬

John Michael dijo...

jajaja aun así no sabrás el motivo hasta que al amigo Martin le dé por sacar el sexto o el séptimo :p