
La ciudad se consume bajo la densa putrefacción de un
millón de cadáveres que se arrastran y dicen vivir...
proyectando una luz tenue hiriente como un amanecer.
Y yo aqui cierro los puños,
me muerdo la lengua y aprieto los dientes,
saboreo mi propia sangre
antes de derramar la venganza.
Yo, el puto Hijo de Hades,
el bastardo de Caín,
el que se folló a la hermana de Murphy
y se clavó sus tablas de la ley.
El mundo se cansó de dar vueltas
y yo sigo anhelando derramar su vida
y regocijarme con su llanto...
Aunque esté empapado de tu sangre siendo un Ángel.