Te quise tanto que olvidé de dosificar esos impulsos eléctricos que saturaban mi mente y corazón.
Una vez te quise tanto que se gastó todo el amor que venía en la caja, sin manual de instrucciones.
Una vez te quise tanto que la indiferencia, la arrogancia, el capricho y el egoismo solo eran elementos divertidos.
Nena...
Una vez te quise tanto, que ya, te he dejado de querer